por Armando Añel Un buen análisis de Enrique del Risco (clic aquí) sobre el aporte de Miriam Celaya ya comentado en este blog. De acuerdo prácticamente en todos sus puntos salvo uno, que más que desacuerdo me genera dudas. Escribe Enrisco:
“Y sobre todo no perder de vista cuáles son las prioridades (y esto va con todos): pelearse a muerte con cierto blog que nos molesta con su sola existencia o denunciar una dictadura que hace cincuenta años tenemos atravesada en nuestras vidas. Y eso al menos lo tengo bastante claro”.
Yo también lo tengo claro. La denuncia a la dictadura es lo fundamental. Las dudas surgen cuando uno comienza a sospechar que cierto blog le está haciendo el juego a esa misma dictadura –no importa si voluntaria o involuntariamente- precisamente en el tablero (Internet) donde todos nosotros, yo, Enrisco, el cierto blog, ustedes lectores y blogueros, estamos jugando.
Todos hemos visto el entusiasmo con que el cierto blog arremetió contra la acción del lunes pasado. Aquí no se trata de si participó o no, ni siquiera de si criticó o no. Todo eso es respetable. Estamos hablando de que combatió abiertamente, e hizo todo lo posible por desvirtuar, una iniciativa colectiva que pedía libertades elementales para Cuba.
Adicionalmente, haciéndole el juego a la dictadura quiere decir algo tan importante (en el tablero de Internet, repito) como dividir a la blogosfera cubana, sembrar discordia, poner a pelear a los unos con los otros, incluso poner en peligro indirectamente, por ambición personal o como tarea de choque, a quienes en Cuba sólo pueden acceder a información parcial y están a merced de un régimen abusador y venático.
Porque si así fuera, entonces las prioridades, al menos para mí, serían dos. O solamente una, si es que ambas resulta que son lo mismo.
