google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: El golpe del Estado democrático (I)

sábado, 11 de julio de 2009

El golpe del Estado democrático (I)

por José Luis Sito

El Estado democrático puede estar esperando atemorizado que los comandantes, capitanes o terratenientes del socialismo del siglo XXI absorban y succionen como las moscas sus instituciones, o asestar un golpe a todos estos aspirantes a caudillos. En este sentido, lo ocurrido en Honduras es el acontecimiento más trascendente que ha vivido Latinoamérica en estos últimos 30 años.

Los representantes de la Constitución y del Estado de derecho hondureño, amparados en sus artículos de leyes fundamentales que garantizan las libertades y la justicia, el orden constitucional y la democracia, destituyeron por amplia mayoría a un presidente dispuesto a violar y destruir las mismas leyes que lo habían llevado a la presidencia. Todos los partidos políticos aprobaron la decisión de su destitución, hasta miembros del propio partido de Zelaya.

Hubo efectivamente un golpe, pero fue un golpe asestado, sin violencia, a un presidente felón y traidor, seguramente responsable de fraudes y de delitos durante su cargo. Fue un golpe sin amotinamiento de militares ni alzamiento en el poder de una Junta Militar dispuesta a asesinar a los opositores, a encarcelar en estadios a las personas supuestamente peligrosas o a matar en masa en las calles a los manifestantes. Tampoco se creó un estado de excepción.

El golpe solamente hirió a Zelaya, sobre todo su vanidad, vanagloria y jactancia de estar protegido por elementos extranjeros llenos de petrodólares y de paramilitares llegados de Cuba. El sombrero de pacotilla lo lleva con menos grandilocuencia, ahora que se le quitó de la cabeza de un revés de mano. En cuanto a las instituciones democráticas hondureñas y a las libertades del pueblo hondureño, éstas quedaron totalmente intactas.

Se ha venido inventando en Latinoamérica un modelo de dictadura socialista con características muy particulares, propagado por el castrismo a partir de su cómplice chavista y con la ayuda de los tontos útiles de la región. Recetas dictatoriales y autoritarias disfrazadas de democracia ya se han aplicado en diversas partes del mundo. En China se cocina la economía comunista de mercado, a partir de una dictadura de partido único, escondida bajo un capitalismo militarizado. En Rusia el brejnevismo democrático es mezcla de dictadura soviética y de zarismo. En Italia está el mussolinismo democratizado, con un Berlusconi al que sólo le falta aparecer en los balcones gesticulando como su admirado Duce. Sin olvidar que los austriacos, ya con anterioridad, inventaban el fascismo post-democrático con el fascista Jorg Haider.

Hasta Irán se ufana de ser una democracia. Hay que recordar que la desaparecida Alemania del Este, un ejemplo perfecto de dictadura amurallada socialista, se llamaba República Democrática Alemana. Ironía de las cosas.

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