google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Agnóstico

jueves, 6 de agosto de 2009

Agnóstico

por Armando Añel

Supuestamente, existen una Izquierda y una Derecha. Digo supuestamente, porque muchos pensamos que en realidad no existe ni una cosa ni la otra. En lo que a este servidor respecta, Izquierda y Derecha son abstracciones improcedentes ahora mismo, si es que alguna vez no lo fueron. En todo caso, lo que existe es el matiz, los matices, gente de Derechas con resabios de Izquierda, gente de Izquierdas con resabios de Derecha… o todo lo contrario.

Todos estos lugares comunes, para asegurar que no soy de derechas -en tanto abstracción improcedente-, que es de lo que se me “acusa”, cada cierto tiempo, en la sección de comentarios de este blog. Aunque por supuesto, si me pusieran a escoger entre Derecha e Izquierda, sí que lo sería. Sería de Derechas, a regañadientes, con tal de no ser de Izquierdas. De izquierda ni jugando.

Toda esta vuelta innecesaria para asegurar que si algo soy, o aspiro a ser políticamente hablando, es un liberal. Un liberal a la vieja usanza, cuyo norte primero es la Libertad y que rechaza lo ideológico (una cosa es tener ideas y otra abrazar ideologías). Para un izquierdista clásico, digamos que para un socialdemócrata, supuestamente la prioridad es la Justicia. Para un derechista clásico, digamos que para un conservador, supuestamente la prioridad es el Orden. En cambio, para un independiente, digamos que para un liberal, la prioridad será siempre la Libertad.

Identificarse liberal en los países de raíz anglosajona es identificarse de izquierdas, pero ya saben ustedes que este es un blog monolingüe. Contrariamente, el liberal, en los países de raíz hispana, acostumbra a ubicarse en el centro del espectro político, ligeramente corrido hacia la Derecha (lo más parecido a un partido liberal que existe en Estados Unidos es el libertario, o Libertarian Party). Pero volvemos a los lugares comunes, y eso suele resultar aburrido, cuando no impreciso.

En última instancia, no soy nada de eso. Ni libertario ni nada. Políticamente hablando, soy prácticamente agnóstico. Que en términos religiosos, y si caben la cañona y/o la redundancia, es lo más parecido que existe a un liberal clásico. La política es con frecuencia, como casi todos sabemos, inaccesible al entendimiento humano. Pero a quién le importa en definitiva.

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