google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Cuba, Puerto Rico y la opción española (III)

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Cuba, Puerto Rico y la opción española (III)

por Francisco J. González

La realidad de la globalización del comercio y la producción de bienes de consumo ha propiciado la creación de bloques comerciales entre naciones, y el desarrollo de nuevos mercados para la exportación de dichos productos. Cuba no es capaz, bajo el actual estatus sociopolítico, de beneficiarse de ello, y Puerto Rico, a pesar de su privilegiada posición geográfica y de cierta autonomía fiscal, no ha logrado desarrollar a plenitud su capacidad productiva ni estimular un nivel consistentemente alto de inversión de capital.

La falta de facultades para establecer lazos comerciales bilaterales tampoco ha permitido una mayor integración del Estado asociado dentro de su entorno geográfico, resultando en una casi total dependencia en el mercado estadounidense como destinatario de las exportaciones puertorriqueñas. Debido a esto Puerto Rico no puede aprovecharse de la integración económica en el área propiciada por la creación de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) y la gradual apertura de Cuba al sistema capitalista.

La Unión Europea, encabezada por España, también se encuentra concertando alianzas comerciales en América Latina, con el propósito de penetrar en ese mercado dominado actualmente por empresas estadounidenses. La expansión de la banca española en Argentina, Chile y Brasil es también señal del interés europeo por establecerse en América Latina.

El futuro de la región aparece claramente conectado a la integración regional y al tipo de relaciones que estos bloques regionales establezcan con las principales potencias económicas, es decir, Estados Unidos y la Unión Europea. Puerto Rico y Cuba, siendo parte de la UE y conservando lazos comerciales con los Estados Unidos, poseerían todos los atributos necesarios para servir de puente de enlace comercial entre el bloque norteamericano del TLC-NAFTA, los bloques regionales del Caribe (AEC) y América del Sur (MERCOSUR), y la Unión Europea. Hay que añadir que, como comunidades autónomas españolas, Puerto Rico y Cuba estarían capacitados para actuar con independencia en muchas áreas económicas, facultad que siempre pudiese ampliarse mediante la delegación por las Cortes de competencia y poderes adicionales.

En resumen, Puerto Rico y Cuba pueden convertirse en el eje comercial del Atlántico, al igual que lo son Hong Kong y Singapur en el Pacífico, si utilizan plenamente sus geografía caribeña, sus lazos culturales con la América Latina, sus relaciones comerciales con los Estados Unidos y si establecen lazos políticos con la UE que al mismo tiempo faciliten su actuación independiente en el ámbito económico regional.

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