por Armando Añel
Tiempo vencido podría titularse Evocaciones, o El tiempo recobrado. Un libro recorrido por la urgencia de los recuerdos, que conducen la narración apenas sin tropiezos, aceleradamente. Con él su autor, Luis de la Paz, vuelve a regalar a sus lectores una obra cimentada en el rigor, la evocación minuciosa y una cadencia estilística precisa, que le aseguran un lugar entre los narradores más importantes del exilio cubano.
Quince cuentos concisos, parafraseando el título de Juan Cueto Roig, conforman Tiempo vencido (Editorial Silueta, Miami, 2009). Un libro veloz que merece ser leído sin prisas. Sobresalen relatos como La pared frente al flamboyán y Después del noticiero –una pieza de antología-, en los que la precisión de una narrativa agobiada, cruda, a ratos implacable, consigue meter al lector en la atmósfera opresiva que recrea, obligándolo a participar de la historia. Otra cosa es La otra cara de la luna, un divertimento impredecible y perfectamente diseñado, como también lo es A la carta, de los cuentos más breves del libro.
Tiempo vencido constituye otro acierto de la editorial Silueta, que dirige en la capital del exilio el escritor Rodolfo Martínez Sotomayor y que cuenta entre sus títulos Veintiún cuentos concisos, de Juan Cueto Roig, y Barrio azul, de José Abreu Felippe, en prosa, y Trilogía del paria, de Joaquín Gálvez, y Como casi nadie sabe, de Carlos Barrunto, en poesía. El próximo 30 de septiembre tendrá lugar el lanzamiento, que nadie debe perderse.