google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Alejandro Armengol y la Inmaculada Concepción revolucionaria

jueves, 19 de noviembre de 2009

Alejandro Armengol y la Inmaculada Concepción revolucionaria

por José Luis Sito

A Alejandro Armengol no le agrada que pueda ejercerse con impunidad la libertad de ir y venir, la libertad de expresión –así estés ebrio—, o la libertad de informar. Por lo visto, le gusta la represión que no deja impune. La frase de Armengol “videos realizados con la impunidad del que visita la isla y luego se marcha”, en una nota de ayer en su blog, revela mucho del inconsciente de algunos, atados todavía por la cultura, la educación y los “conocimientos” que recibieron del castrismo.

Es cierto que puede haber aquí o allá algunos carroñeros de la información que aprovechan la súbita popularidad de Pánfilo y su peculiar forma de expresarse, su estado etílico, para dar golpes mediáticos y subir sus ratings. Habría que preguntarles a los que lo entrevistan cuáles son las intenciones que persiguen.

Pero estas intenciones, malas o buenas, son de la responsabilidad ética y profesional de los que realizan estos videos. Ellos sabrán por qué los hacen. Más importante es la realidad social, humana, política, cotidiana que Pánfilo refleja, expresa y manifiesta. Es una manifestación individual y, si todos hicieran lo mismo en la Isla, habría menos castrismo del que hay. La valentía y el coraje de Juan Carlos González Marcos son admirables.

A Alejandro Armengol no le gusta que se muestre esta realidad cubana. Hay que guardar la imagen de una “revolución” sana, limpia, pura e inmaculada, sin manchas, sin borrachos, sin ladrones, sin criminales, sin imperfecciones. A Armengol le gusta su “revolución”, esa que le enseñaron en las aulas castristas, la Inmaculada Concepción revolucionaria, nacida ex-nihilo, de la nada y por obra de un Dios: Fidel Castro. Armengol llama al dictador máximo “Fidel”, con afecto y consideración, ya que “Fidel” dio nacimiento a esa tan querida, maravillosa y pura “revolución”.

Así estamos en el mundo de los “intelectuales” cubanos. Pánfilo es un producto popular, alejado de las cuestiones sanas y nobles, esas que Zoe Valdés (otra “intelectual”) golosea. Las cuestiones elitistas, ilustres, insignes. Hablemos de los prisioneros políticos, de Oscar Elias Biscet, por ejemplo, nos dicen en esencia estos “intelectuales”. “Los demás pueden esperar”. Es así como construyen criterios falsos, prioridades elitistas. Es así como fabrican concursos de belleza de disidentes. Esto es lo vergonzoso, lo descarado y lo vulgar.

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