
“Sus aspiraciones empresariales eran tales que al parecer se decidieron a comprar aviones pequeños para "robarle" el mercado a Cubana de Aviación. La primera transacción sería en México y la aeronave costaba varios millones de dólares. En este momento hay mucha gente siendo interrogada en la sede de la Seguridad del Estado, conocida como Villa Marista. Según dicen, cada día apresan más funcionarios producto de las confesiones de los primeros detenidos (…)
“El caso de la aviación civil no es una excepción sino parte de la regla, en menor escala es lo mismo que sucede en muchas empresas de Cuba, los jefes reciben comisiones del extranjero, se benefician del robo y abren cuentas bancarias en otros países (…) Incluso muchas de las reformas impulsadas por el actual gobierno son "entorpecidas" por esta burocracia corrupta cuyo interés principal es que todo siga como está. Son los pescadores que forjan sus fortunas en el río revuelto de la economía nacional. Ellos no tienen ideología, defienden el sistema en tanto este les dé ganancias y esperan pacientes su fin para hacerse dueños de las empresas que dirigen. Son una casta que, parafraseando a Marx, podría convertirse en el sepulturero del socialismo cubano”.
Fernando Ravsberg en Cartas desde Cuba