google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Dile no a la censura con Cuba Inglesa

jueves, 15 de julio de 2010

Dile no a la censura con Cuba Inglesa

El post que tienen delante, queridos lectores y colaboradores de Cuba Inglesa, constituye una entrada excepcional en la historia de este blog. Por primera y última vez procederemos a moderar aquí, es decir, vamos a estar borrando aquellos comentarios que por su naturaleza provocadora, agresiva o soez puedan herir sensibilidades a flor de piel. Sin contemplaciones ni partidismos.

¿Por qué lo hacemos? Ni yo mismo (Añel), como editor principal, lo tengo claro. Tal vez para romper la rutina. Quizá a manera de termómetro. En todo caso, más que un experimento, creo, se trata de un divertimento, en el que es probable salgan a relucir los riesgos que implica asumir, por cuenta propia, el papel de juez o titiritero. O no, quién sabe. En cualquier caso queda abierta, aunque encerrada en este único post, la caza del anónimo febril. Que le aproveche al que le aproveche:

Mas, finalmente, no supimos apretar la tecla.

Una incesante sombra divisoria

En el vórtice del juego, a remolque del Hecho Thamacun, la democracia recreativa no paga peaje. Esto es: puede incluso reescribir la realidad, o subvertirla, o dimensionarla infinitamente. Puede hasta condicionarla. De ahí que el Tirador Aristotélico termine convirtiéndose en Tirador Platónico, y de ahí en Heribaldo el Cazador de Osos, y de ahí en Helitrolo, y de ahí en Troloberto, y de ahí en sombra divisoria, y así sucesivamente.

En esa órbita, y cito, un comentario anónimo puede alcanzar rango de literatura:

“Entendamos algo como principio fundamental: El personaje es muy importante en nuestras vidas, y como tal deberíamos cuidarlo, respetarlo. Es cierto que como condición negativa, pero importante al fin y al cabo. Es una sombra que llega para definirlo todo, una vez que él se acerca usted se define de modo terminante, está a favor o en contra, con él o contra él, porque no admite términos medios, como el Cristo. Cuando se proyecta sobre alguien, ya esta persona revela su propia naturaleza: Si va por él es desconfiable, si no, no lo es. Nuestro mundo sería muy pálido sin su colorido folclórico, nuestras victorias serían desabridas sin esa dificultad”.

No sólo se trata de hacer literatura. En Cumberland se puede Ser, también, literatura. Cuestión de prioridades.

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