google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Del filólogo filologizante, o del hermeneuta hermeneutizado y el exégeta exegetizante

sábado, 24 de julio de 2010

Del filólogo filologizante, o del hermeneuta hermeneutizado y el exégeta exegetizante

por Ignacio T. Granados

Una de las razones por las que el acercamiento de Velázquez Callejas a Lezama resulta brillante, es por la ingenuidad. Callejas le cree la mística a Lezama, y como místico lo ve irrealizarse de tanta intelectualidad. Eso no es nuevo, ya en carta al Manierista, en ocasión de su bautizo católico, Francisco Matos Paoli —Poeta Nacional de Puerto Rico— le critica ese peligro que es Lezama para su Cristianismo de estreno; porque Lezama usa la Tradición y su estructuralidad, pero su fin es intelectual, incluso si habla de la condición salvífica del Conocimiento. No son gratuitas las referencias neognósticas a él, que de hecho se basan en su orfismo light y snob; aunque hacia el final, en El pabellón del vacío, Callejas le nota el mismo axioma del final de Santo Tomás: “Todo lo que he escrito es paja”.

Separar la expresión americana de la teleología insular es, en principio, ignorar que se deben a la misma caligrafía. No importa si son trabajos distintos, porque son determinados por el esfuerzo intelectual que los fabricó a ambos. Quizás alguien recuerde no sólo que la inteligencia consiste en relacionar ideas y lograr la síntesis, una conclusión; sino también que el pensamiento es especular, porque la mente es el espejo en que se reflexiona su objeto, que a veces es la realidad.

Esta es la dificultad que hace a Lezama inaccesible a los estudios racionales como la filología, pero rico a la exégesis; de ahí que la hermenéutica ha de andarse con cuidado, porque esa tendencia filológica ha de resultarle estrecha en demasía a un tipo tan arbitrario para la referencia. No por gusto, del gran criticón se ha dicho en carta personal que “[X] parece estar al frente del reinado de un grupo, de un grupo opositor, coronado con la opulencia lezamiana. No es mala su poesía, pero intenta imitar a Lezama. No son malos sus ensayos, pero intenta imitar el barroquismo lezamiano. Parece que la lucha se establece por el que mejor imite a Lezama. La lucha es por la impotencia intelectual”.

De la serie Lezama y la generación del centenario

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