google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: La jinetera y el policía

martes, 24 de agosto de 2010

La jinetera y el policía

por José Luis Sito

La jinetera --una palabra edulcorante para decir puta, como también existe la expresión “barrios marginados” para decir antros de miseria— es la otra cara de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), su doble rechazado, reprimido.

El castrismo funciona a partir de una doble construcción. Algo que deja ver, revela ostensiblemente, ilumina y aclama como su hazaña y su proeza, y algo que esconde, oculta, rechaza, reprime. Es esta parte oculta y reprimida la que representa la inmensa mayoría del pueblo. Es su parte oscura, la que esconde por todos los medios y con todo su aparato de opresión y terror. La dictadura cubana fanfarronea con la FMC, mientras que detrás del falso decorado sobrevive la inmensa mayoría de las mujeres cubanas, abortadas criminalmente, jineteando, divorciadas diez veces, obligadas a buscarse un hombre para su seguridad, cargando el peso de una familia, buscando comida todas las mañanas para no pasar hambre, sobreviviendo en una economía de subsistencia, trabajando en condiciones desastrosas, soportando todo el peso de una sociedad en ruinas.

La jinetera no es un exotismo cubano, es un ejemplo de la violencia ejercida por el castrismo sobre la mujer. La jinetera es una producción castrista. Que la policía “revolucionaria” se aproveche, la explote, extorsione y la abuse, significa sencillamente que el castrismo no solamente produce el jineterismo, sino que lo necesita. Lo necesita para, en negativo, ofrecer al mundo su mentira, su patraña, esa de Vilma Espín y de su FMC. Y lo necesita para hacer funcionar toda una economía paralela y salvaje, hecha de tráficos y de contrabandos, de fraudes y de robos que es para el castrismo absolutamente indispensable, ya que sin esta economía jinetera la población hubiera muerto de hambre como en Corea del Norte. Mientras, la dictadura cubana muestra al mundo los hoteles de Varadero, imágenes idílicas del paraíso tropical.

En este sentido, podemos decir que el jineterismo es una forma de vida hoy en día en Cuba. La jinetera no hace ni más ni menos que lo que hace toda la población cubana: trafica y contrabandea con lo que puede, en este caso su cuerpo, y lo vende. Es lo único que le queda. El policía trafica con lo que tiene a su alcance, como hace el resto del pueblo cubano para subsistir.

El policía y la jinetera constituyen una pareja creada por el castrismo: son su imagen perfecta.

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