google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Erótica, un sueño cibernético

lunes, 1 de noviembre de 2010

Erótica, un sueño cibernético

por Ángel Velázquez Callejas

Los ingleses, pese a su retórica hedonista legendaria, nunca se han desnudado de verdad. Puede que hayan pintado un desnudo, e incluso que posean la poética más erótica del mundo, pero siempre han mantenido un carácter: el de ser libres. Las inquisitorias palabras de Borges reflejan hasta cierto punto una aversión latente a la apariencia mojada por la verdad. La creencia ha llegado tan lejos, que la moral inglesa se ha hecho muy pesada, ha sido tradicionalmente consuetudinaria. El hecho desmesurado de una literatura del desnudo, del despojo del carácter, de los atributos, no le permitió nunca desnudarse en realidad. Pura filosofía y metafísica del lenguaje. El pragmatismo inglés no es tan pragmático, en el fondo, como se piensa.

Tennyson habló maravillosamente del Hecho, y Stevenson igual, tal y como los poetas románticos ingleses, como Donne, hicieron; pero literatura y realidad, imaginación infundada del lenguaje por un cuerpo, cuelga amenazada por el miedo. ¿Qué es puntoCON? ¿Acaso una persona como Jorge Luis Borges no tenía miedo incluso a su ceguera? ¿Cuántas veces fue inquisitivo de ese hecho? ¿Quién es aquel que quiere “ser nadie”? El ego es implacable. Borges nunca aceptó la ceguera. Es muy difícil y duro cometer suicidio del carácter.

Si la patria es el individuo, El Hecho es fundamental: la idiotez por una ideología recurrente atraviesa al Hecho, a la manifestación erotizante. Entonces, la proyección y el espejismo siguen siendo eróticos, un juego de la mente erotizante. Aunque el concepto de patria haya cambiado, los thamacuneses no olvidarán la suspicacia del credo político, la voluntad por el poder. Erótica es atrevida y se mueve entre el sueño y esa realidad que se sumerge en el horizonte: algún día Thamacun tendrá su propia ideología. Erótica quiere ser real en el futuro. Quiere ser la libertad imaginada. ¿Y acaso no es esa la función de la literatura, su fin último? ¿No es acaso la metáfora del desnudo el atrevimiento hedónico más grande del mundo? Robert Musil escribió durante años en esa dirección inquisitiva, retomando a Epicuro, y profetizó un hecho fundamental en la vida de un hombre: el nacimiento de un hombre sin atributos, sin ideas sobre la religión y las ideologías: el nacionalismo, el patriotismo y las emergencias del destino, la isla, forman todos juntos un carácter.

¿Qué se propone Erótica entonces? ¿Comer, beber y celebrar? Erótica es creación imaginada, ardid por el cual se llegará a una realidad: una nueva coordenada en la creencia literaria, una nación sin nación. ¡Hay que comenzar de nuevo! Los cerdos desconocen El Hecho, y quizás por eso andan tan desnudos como la mente del hombre los piensa. El Diablo no es tan diablo como se cree; en Thamacun parece resucitar la vieja idea teológica de la tentación adámica.

“Cuando el destino sonríe no se le puede pedir la carcajada” (Galería de próceres (I), página 12). Cierto. Si sonríe es porque no es total El Hecho. Fundamenta una prisión: el Hecho Thamacun. Si se va a carcajada, erotiza al mundo. ¿Un debate sobre qué? Erótica se vuelve enferma, fútil y pierde el color; entonces Idamanda deja de desnudarse. Lo ha pensado y ha sido inquisitiva del ropaje, pero es triste porque Erótica no es sólo placer por el texto, sino que lleva implícito un mensaje: el hecho transformador. Llegará el momento en que Idamanda y Richard del Monte se olviden finalmente de lo simbólico incluso. Ya no habrá significado y ese es el gran miedo de los thamacuneses.

Con el Tercer Éxodo probablemente, y su pronunciamiento, desaparecerá “la nación escarmentada en la imagen” (La fundación, página 9); morirá Cumberland, El Reducto, La Playa, Playa Hedónica y finalmente la propia Erótica. Idamanda habrá de desnudarse finalmente por completo, porque aun su acto no ha sido total. Ese es el mensaje: la división creada por los ingleses --erotizar la verdad con el ropaje del desnudo-- desaparecerá por completo. ¿Acaso el Tercer Éxodo no compone un carácter también? ¿Hasta dónde el amor puede ser imaginación? Esa es la idea de un país. Un país que se derrumba en el derrumbe de una poética imaginada y simbólica.

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