“Muchos piensan que los cubanos somos tontos porque tendemos a lo estoico, a no opinar mucho. Muchas veces nos quedamos callados y dejamos que los demás hablen, hacemos derroche de una modestia envidiable y cuando hablamos lo hacemos con voz pausada, pero segura. Algún día se escribirá un libro que hable del silencio del cubano, de lo apacible del ambiente cubano y de la calma con que nos expresamos. Mientras tanto, tendremos que lidiar con aquellos que piensan lo contrario, imitan, intimidan, agreden y tergiversan oportunamente”.
Anónimo aquí.