google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Una entrevista con Luis de la Paz (III y final)

miércoles, 8 de abril de 2009

Una entrevista con Luis de la Paz (III y final)

por Armando de Armas

Al cumplirse un aniversario más del Éxodo del Mariel entrevistamos a Luis de la Paz, destacada personalidad dentro del grupo de artistas y escritores que llegaron a Estados Unidos por esa vía. Las dos primeras partes de esta entrevista pueden ser leídas aquí.

Armando de Armas: ¿Cuál es el principal escollo con que choca un escritor exiliado?

Luis de la Paz. Si la literatura de por sí despierta poco interés en el público, escribir en un país donde hay gente de muchas partes del mundo, con intereses propios y donde la lengua nacional es diferente a la que uno utiliza para expresarse literariamente, hace aún más complicado el proceso creativo. De manera que el principal escollo es el exilio mismo, el no tener un país que nos represente. Nuestro público natural está en la isla, pero la falta de libertad, la represión intelectual y una política de estado totalitaria, destinada a ningunear a los que abandonaron el país, complica aún más el panorama. Hay que esperar a morirse para que en la isla levanten el veto y den a conocer algún que otro texto minuciosamente escogido. La necrocultura ha sido una de las prácticas más humillantes a la que ha sido sometido el escritor cubano exiliado por el aparato de poder cultural en Cuba.

AA. ¿Vale la pena el exilio para un escritor?

LP. No vale la pena, ni para el escritor ni para nadie. Es la consecuencia del tiempo y las circunstancias que le tocó vivir a ese escritor y debe enfrentar su destino con dignidad. Al menos así lo intento hacer.

AA. ¿Cómo valora su experiencia como miembro de la directiva del Pen-Club de Escritores Cubanos en el Exilio?

LP. El Pen-Club es una organización que aglutina a los escritores cubanos exiliados y mantiene viva la cultura cubana, resaltando la labor de sus miembros y realizando actividades culturales casi todos los meses. Desde la directiva del Pen vuelvo a retomar el espíritu de Mariel, Nexos, El Ateje e incluso el Instituto Cultural René Ariza (ICRA) al cual pertenezco, y es el de transmitir a las nuevas generaciones el legado de los artistas que ya no están. Cada vez que se menciona el nombre de un autor que ha fallecido o el título de un libro que no se ha reeditado en mucho tiempo, se está transmitiendo a los más jóvenes, a los que se incorporan al arte y la literatura, una valiosa información que despertará en los más curiosos el interés por profundizar en esas vidas, en esas obras.

AA. ¿Regresará alguna vez a la Isla?

LP. Yo llegué al exilio hace 29 años. Recuerdo con estupor a mis compatriotas diciéndome entonces que llevaban veinte años fuera de Cuba. Era un tiempo demasiado largo, doloroso. Yo me preguntaba cómo se puede estar tanto tiempo lejos del país. Repito, llevo 29 años en el destierro. He vivido fuera de Cuba más tiempo que todo el que estuve en mi país, de manera que mi relación con la isla a estas alturas de mi vida es de lealtad nacional. Mi literatura se nutre de mis vivencias en el exilio y de mi pasado en Cuba. No pierdo de vista que la Cuba que yo viví ya no existe, se esfumó con el tiempo. Sé que cuando regrese, caminaré por calles que me trasladarán a mi infancia y juventud, encontraré sitios que me harán llorar, pero eso sólo tendrá un carácter nostálgico. Mi Cuba quedó anclada en 1980. La actual es otra. De regresar tendría que aprender nuevamente a vivir y sobrevivir.

AA. ¿Cómo se relacionan, se conjugan y se conjuran los demonios del erotismo y la literatura?

LP. Desde El Cantar de los Cantares de Salomón, pasando por Los diálogos de Pedro Aretino, El Satiricón de Petronio, El decamerón de Boccaccio o Los cuentos de las mil y una noches, sin dejar de mencionar a Sade o Bataille, hasta Las edades de Lulú de Almudena Grandes, el erotismo y la literatura han estado fuertemente relacionados. Y esto es lógico, porque el erotismo forma parte de la condición humana. Ahora, cada autor y cada época lo conjura a su manera.

AA. ¿Es usted un hombre feliz? ¿Es cierto que felicidad y literatura no se relacionan muy bien?

LP. La felicidad es un estado del espíritu, por lo tanto la felicidad se comporta muchas veces ambigua y caprichosamente, dejando huellas muy personales. Esa relación se refleja en la literatura que se escribe. Pero sí, soy un hombre feliz, no puedo desdeñar lo que he alcanzado a lo largo de esta vida que ya va en declive.

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