google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Elogio del blog abierto (II)

domingo, 3 de mayo de 2009

Elogio del blog abierto (II)

por Armando Añel


Escribía en un artículo del año pasado que abrir un blog es, en cierto sentido, un acto exhibicionista. Quien lo comete debe relativizar la resistencia, minuciosamente improductiva, a la que lo someterán sus detractores, sus críticos o, más simplemente, sus “enemigos”. Porque, esa es la otra, los hay que se asumirán tus “enemigos” cueste lo que cueste, no importa cuánta consideración les tengas o cuánta atención les prodigues. Como dicen por ahí, el ser humano es complicado.

Para llevar un blog hay que saber estar, so pena de sufrir amargamente. La
blogosfera también es melodrama, como la vida misma.

Relacionado con esto –la improductividad que puede llegar a generar un blog-, enumero los puntos a mi modo de ver positivos de la “extrema libertad” editorial, o del modelo de no moderación de comentarios-no ideologización del contenido. Al liberarse de la tarea de ser Dios, de decidir por los demás qué es bueno y qué es malo –esto en modo alguno implica falta de criterio-, el editor del blog consigue:

-Estimular el tráfico en su sitio, pues un número considerable de internautas no entenderá por qué debe esperar para leer su comentario publicado, o por qué, si se ha tomado el trabajo de opinar en un blog que no es suyo y, por tanto, no le genera el menor beneficio, debe esperar a que otro decida sobre su tiempo invertido. Y como no lo entenderá, tarde o temprano terminará alejándose.

-Invertir el tiempo en tareas y asuntos verdaderamente productivos. Entre estar orientando lo que piensan o dicen los demás –también la censura, en no menor medida, es un intento de “orientar” al otro- y rastrear información relevante, trabajar o atender a tu familia, se sobreentiende que esto último se impone. El censurador –en su versión más sosegada moderador y, en algunos casos extremos, editor- probablemente es una persona que pierde su tiempo.

-Establecer una relación de mutua confianza que estimule comportamientos espontáneos. Una sección de comentarios no moderados genera diálogos, debates, desviaciones, enfrentamientos de los que casi siempre se aprende algo, o se saca algo en claro. Es cierto, genera también molestias, incluso malentendidos. Pero eso tiene la vida, que obliga a escoger entre opciones no siempre ideales, y la blogosfera es carretera para mayores de 18 años.

-Proyectar y/o reflejar la realidad, no el montaje penoso que algunos censores, disfrazados de editores, intentan hacernos pasar por realidad. Para conseguirlo, una vez más, el editor debe relativizar la resistencia, minuciosamente improductiva, a la que lo someterán sus detractores, sus críticos o, más simplemente, sus “enemigos”.

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