por Margarita García Alonso
Se llama David Lago González, le conocí en Madrid, y me invito a almorzar, andábamos por Malasaña, yo con sus poemarios bajo el brazo, él con un oleo que le puse en las manos pues no quería separarme de esos ojos de un verde gris despierto, apasionado.
Desde el penthouse -la crueldad siempre queda más abajo- David trafica con sus lápices, escribe en solitario con la lucidez de un náufrago o de un salvado de las contiendas de los hombres. David nació en Camagüey, hoy es su cumpleaños.
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