Me encabrona la selectividad de los cubanos a la hora de escoger por qué causa armar un escándalo y por cuál callarse en siete idiomas. A Santisteban le han atacado con riesgo de su vida y a nadie le parece algo que hay que condenar, porque no es un escándalo que dé réditos políticos o tráfico en los blogs. Si a Yoani no le venden una tarjeta en un hotel para poder bloguear es un suceso mundial, escandaloso, pero si le caen a tubo y navaja a un escritor, es un asunto menor.
Todos los que tengamos un mínimo de sensibilidad deberíamos agarrar esta carta y mandársela cada una hora a todos los contactos de nuestro correo a ver si colapsa esta mierda de Red y alguien se entera de lo que está pasando.