por Armando Añel
Aquí un artículo, publicado días atrás en Libertad Digital, donde se apoyaban las denuncias de Yoani Sánchez sobre las restricciones a Internet en los hoteles de La Habana, y se le mencionaba con nombre y apellidos. Hubo alrededor de ochenta firmantes involucrados –sólo hasta que se levantaron las restricciones, pues la carta seguía abierta- en la protesta que, concebida por Margarita García Alonso, contribuyó a que el régimen desestimara la circular que prohibía el acceso.
Que yo sepa, hasta ahora ninguno de esos firmantes ha recibido, al menos en forma de post, no ya un agradecimiento, que no es necesario ni pertinente, sino siquiera una alusión directa. Es hora de comenzar a preguntarse –me refiero a los interesados y/o involucrados en el asunto, como el señor que firma Camilo Fuentes en uno de los comentarios de este blog- quién está detrás de la desinformación que evidentemente padecen Yoani Sánchez y Reinaldo Escobar. ¿Qué le están susurrando al oído? ¿Quién, o quiénes, tendrían tiempo, acceso a ellos y suficiente mala leche para dedicarse a tergiversar información y pasársela al “disco duro”? Un consejo: Si esto explota en algún momento, y no sé por qué me huelo que está a punto de explotar, a los manipuladores va a costarles trabajo recuperar su prestigio (por muy dañado que ya esté, supongo que no quieren perderlo totalmente), así que mejor renuncian a la labor de zapa.
Mejor comienzan a contarle a la pareja cómo funcionan las cosas aquí afuera y qué es lo que están haciendo, robándole horas al sueño y al trabajo, las decenas y decenas de blogueros e internautas que apoyan las libertades en Cuba. Es sólo un consejo, exclusivamente dirigido a los manipuladores.
Nota. Estamos encantados con el kitsch, de manera que hemos colocado algo kitsch para ilustrar este post. Sin sentar precedentes, porque tampoco somos especialistas en el tema. Ni siquiera estamos seguros de que la imagen de marras sea kitsch. En cualquier caso, hay gente que se dedica a eso profesionalmente.