“Parece increíble, pero déjeme decirle que la salida de Zelaya de Honduras fue lo mejor, ya sabíamos que el mundo se nos iba a venir en contra, ya lo sabíamos, pero no había otra opción. Si a Zelaya lo hubiéramos capturado, en este momento habría cientos de muertos en las calles, gente pagada y movilizada por Hugo Chávez y su amigo Fidel Castro. Honduras tenía dos opciones: Una opción mala, que era sacar a Zelaya, y una peor, que era no hacer nada.
“El momento él mismo nos lo dio, cuando en varios actos de prepotencia violó nuestra Constitución, pensando que nunca actuaríamos”.
Correo de un hondureño a un cubano