El telescopio espacial Spitzer acaba de detectar los restos del choque de dos planetas en formación alrededor de su estrella, según la NASA.
La colisión entre ambos cuerpos, semejantes en masa a la Luna y Mercurio, tuvo lugar hace varios miles de años. El choque cósmico, según los especialistas, guarda similitud con el que dio origen a la Luna hace alrededor de cuatro mil millones de años, cuando fue la Tierra la que soportó el impacto.
La colisión ocurrió en las cercanías de la estrella HD 172555, a unos cien años luz en la Constelación del Pavo.