El crítico colombiano Ricardo Arcos-Palma arremete contra la última performance de Tania Bruguera, escenificada en Bogotá. Se circuló cocaína en una bandeja:
“La atención del público comienza a dispersarse a medida que una mujer pasa entre los asistentes ofreciendo cocaína en una bandeja de vidrio. La gran mayoría no consumió coca, por recelo o simplemente por miedo a ser juzgado en público de drogadicto. Pero lo cierto es que la bandeja se vació tres veces y seguía circulando. Hasta ese momento, no se había logrado el escándalo esperado quizá por la misma artista, que sonreía nerviosamente mientras veía pasar la bandeja de coca, como si fuera lo único que le interesara. El discurso de los personajes se había silenciado por el ruido que generó la cocaína que circulaba”, escribe Arcos-Palma.
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