por Fermín Gabor
“Eh, aprovecho ahora que tengo unos minutos... Bróder, Panfilo, ¿tú no me conoces?”. Así empieza Ernesto Hernández Busto en una ventana de YouTube. Su actuación forma parte de la campaña «Jama y Libertad» para la excarcelación de Juan Carlos González, alias Pánfilo, quien se diera a conocer en YouTube metiendo cabeza en una filmación habanera hasta denunciar la miseria reinante.
“Hace falta comida, que hay tremenda hambre. Te lo está diciendo Pánfilo en Cuba”, gritó a la cámara. “Tremenda hambre es lo que hay, asere”, y exigió que lo grabaran, dio la cara.
Evidentemente, se encontraba borracho. Y, cuando quiso saberse su verdadero nombre y biografía, se conoció que vivía en la borrachera, y que llevaba años sin trabajar.
Fue llevado a juicio por haberse atrevido a soltar aquella verdad. Para hacer impredecible el juicio, nada se habló en él de la filmación. La justicia se centró en los años que llevaba sin ejercer oficio alguno. Al final (o más exactamente, al inicio) fue condenado a dos años de privación de libertad. Por vago, por predelincuente. Porque alguna vez le daría por robar o matar con tal de conseguir un trago.
Entonces comenzó la campaña a favor suyo fuera de Cuba, pero también el trapicheo. Y, claro, de mediar trapicheo no iba a faltar a la cita el componedor de bateas del blog Penúltimos Días. Así que se subió a la ventana de YouTube para dejarle a Pánfilo un recado.
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