google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Estampas bolivarianas: Entre la democracia y el totalitarismo

viernes, 18 de septiembre de 2009

Estampas bolivarianas: Entre la democracia y el totalitarismo

por José Vilasuso

A gases lacrimógenos resuelve el coronel progresista, Hugo Chávez Frías, la creciente protesta de un pueblo que despierta de su ingenuidad. Ya se exhibe en televisión El Correo del Orinoco, el libelo oficialista que seguirá los pasos a Granma en la república chavocastrista. He ahí la verdadera afrenta contra los venezolanos desde el día fatal en que se modificó la constitución garante de las libertades. El precio a pagar por haber tolerado el acomodamiento, paso a paso, del totalitarismo, queda fuera de balanza.

América Latina paga dolorosamente un rejuego dialéctico del ayer que debía encerrarse bajo llave. No pocos presidentes han adoptado posturas que en honor a la justicia merecen el calificativo recién endilgado por el presidente Barack Obama: hipócritas. ¿Es que acaso puede consolidarse el ejercicio pluralista en suelo nativo mientras se ignoran los excesos en su contra perpetrados en Venezuela y Cuba? Suponen algunos que ambos son países avanzados, izquierdistas, humanitarios y descubridores de un sistema idílico que el mundo aún desconoce, diría José Luis Sito. Mientras la democracia occidental es una vieja etiqueta de la que no desean desprenderse.

Los hondureños se le han parado bonito a Chávez, desenredado la triquiñuela de la cuarta urna. De esta manera quedan demostradas las inseguridades de Cristina o Leonel Fernández, exponentes meridianos de ese artificio a caballo entre la democracia interna y el totalitarismo exterior. Si la democracia es el ideal casero, ¿cómo silenciar sus violaciones por parte de déspotas foráneos? ¿Acaso se desea instalar la crueldad del presidio político cubano en República Dominicana o Argentina? Chávez se alista para asestar el golpe definitivo a Globovisión y los medios restantes y, aunque los referidos mandatarios no le seguirán los pasos, ¿cuál de ellos se arriesgará a denunciarlo?

Una neutralidad con dos caras no es otra cosa que maniqueísmo, acaba de declarar Alvaro Uribe en Argentina. Rebasamos la época de los cantos de sirena que costaron casi doscientos mil muertos centroamericanos. Ya hay mucho terreno recorrido y exceso de sangre, sudor y lágrimas derramadas. En nuestros días será cada vez más difícil arrastrar cerebros pensantes tras esos desfiles grotescos de caballería, himnos vibrantes y banderas desplegadas. No importa que distinguidos presidentes y presidentas constitucionales sigan el paso de los cuadrúpedos.

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