google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Las sucesivas puertas, el frágil aire eterno

lunes, 21 de septiembre de 2009

Las sucesivas puertas, el frágil aire eterno

por George Riverón

La primera vez que supe de Heriberto Hernández fue en 1991. Lo descubrí entre las páginas de Retrato de grupo, una antología de la editorial Letras Cubanas, publicada en 1989. Desde entonces su obra y la de otros poetas de su generación despertaron mi curiosidad.

Tres años después tendría entre mis manos su Discurso en la Montaña de los Muertos (Ediciones Unión, 1994), para disfrutarle e intentar descifrar más allá de la esbeltez y cadencia de su verso, que fue llegándome en sus libros posteriores: La patria del espejo (Ediciones Unión, 1994) y Los frutos del vacío (Ediciones Matanzas, 1997).

Dieciocho años han pasado desde aquel primer encuentro con su obra. Aquel Heriberto que en 1991 era sólo un poeta en un retrato de grupo, hoy es mi amigo-poeta que llega con otro libro bajo el brazo: Las sucesivas puertas, el frágil aire eterno, merecedor del IX Premio Internacional de Poesía Nicolás Guillén 2006 y que presentamos gracias a una coedición entre la Revista Río Hondo, la editorial Nave de Papel y Bluebird Editions.

Este es un libro reflexivo. En él, el poeta nos va mostrando las puertas que debemos traspasar para alcanzar ese aire eterno, esa brisa frágil golpeándonos el rostro: En la primera puerta hemos de entrar desnudos,/es la puerta del polvo, hacia el polvo/que atesora los grises objetos del recuerdo,/los recuerdos mortales de nuestros magros bienes.

Y así los recuerdos, a veces tiempo detenido, hacen fila en la memoria, pactan con el verso honesto de Heriberto Hernández, en una peregrinación geográfica-espiritual: …a ambos lados/hay siempre un hombre que sueña con marcharse/y un árbol cuyos frutos maduran sólo en sueños.

Y en esta suerte de continuidad en lo permanente, la salvación no está en el futuro, si no en el regreso, en el retorno hacia el pasado y en el viaje hacia el fondo, aunque aún la partida suponga incertidumbre: Aquí tendrás la posibilidad de imaginar / cuanto pudiera el hombre construir / al ver las ruinas de cuanto ha destruido, porque este libro te conducirá por esos recovecos internos del alma, donde todos cantan y todos aplauden la historia ajena, /la propia historia en una voz desconocida.

Las sucesivas puertas, el frágil aire eterno es, a mi humilde juicio, uno de los poemarios más sólidos de su autor, donde me siento convidado a acompañarle en su viaje personal a Ítaca, para escenificar la esencia y fuerza de sus ríos subterráneos llegando al mar, donde comienza y acaba la vida.

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