Raúl, el intermitente, al que una y otra vez damos por muerto, le clavó dos goles seguidos al Valladolid en el corazón del Santiago Bernabéu, y ya nada fue lo mismo. El equipo blanco pudo darse el lujo de curiosear y hasta adormilarse sobre el césped durante los setenta minutos restantes, superponiendo otro par de goles, de Marcelo e Higuaín, para la antología de esta última edición de la Liga (4-2). El Barcelona arrastró un empate con el Valencia (0-0), que debió ganar, y sólo conserva un punto de ventaja en la cima. Esto, a pesar de la bruja de Cristiano Ronaldo, pinta bien para el Real Madrid, que no puede sino mejorar. El miércoles, la Champions League.