“En comprensible que los disidentes esperen un gesto de coherencia por parte del gobierno español, de apoyo a la sociedad civil cubana de la cual ellos son la vanguardia. Pero deberían comprender que estos políticos españoles con ínfulas presidencialistas, discrepantes del liderazgo norteamericano, confesos simpatizantes del poder omnímodo del Estado y por tanto aliados de los movimientos populistas y autoritarios que afloran ahora mismo en América Latina, estén mucho más cerca, pues les resulta por naturaleza más afín, del poder totalitario del reyezuelo-dictador que del corpus de la sociedad civil”.
Enrique Collazo y Zelig Martínez