por José Luis Sito
Un año de blogosfera cubana. En este corto tiempo dentro de esta “comunidad” bloguera, lo he comprendido todo. ¿Por qué la dictadura cubana lleva medio siglo vivita y coleando? La respuesta está aquí, bien visible, en esta virtualidad real.
De Miami a Washington, de París a Barcelona y Madrid, de la izquierda a la derecha, de las extremidades a los centros, de las psicologías a las ideologías, de los intelectuales a los seudointelectuales, de los exiliados a los refugiados, de los prisioneros políticos a los blogueros apolíticos, de los fanáticos a los apáticos, de los obamafobos a los obamafilos, de los amigos a los enemigos, de los aliados a los contraaliados, de los contrarrevolucionarios a los revolucionarios que ignoran serlo, de los comentaristas escolásticos a los humanistas aristotélicos, de los pensadores a los reflexionadores, de los comandantes a los soldados de guardia, de los paranoicos a los esquizofrénicos, de los Judas a los santos inocentes, de los Santo Tomás a los jesuitas, de los banqueros a los filántropos, de los confundidos a los que confunden, de los resistentes a los espectadores, de los que hacen a los que deshacen, de los comediantes a los trágicos, de los de la Isla a los de los continentes, aquí está concentrado todo el mundo cubano. El mundo como globalidad.
Quien quiera comprender este mundo, tiene que entrar aquí. Si no, no sabrá jamás por qué Virgilio Piñera y Lezama Lima apretaban el uno el tornillo y el otro lo destornillaba.
Lo cubano es una cuestión de bricolage que, en la mayoría de los casos, se articula con la chapucería.