google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Macondo o la Cumbre de Cancún

miércoles, 24 de febrero de 2010

Macondo o la Cumbre de Cancún

por Antonio Ramos Zúñiga

Da grima. La Cumbre del Grupo de Río 2010, celebrada en el balneario mexicano de Cancún, más que una reunión de gobernantes que mal gobiernan fue el retrato del bajo perfil latinoamericano.

Nada que ver con Martí, Bolívar o Juárez, ni con la unidad continental –-lema de la conferencia--, menos con honorabilidad democrática –-santos, víboras y dictadores se dieron la mano—. Allí el aquelarre del zoo presidencialista volvió a demostrarnos que el Tercer Mundo es nuestra mácula, que Macondo nos identifica más que la utopía integradora de Martí.

Como es típico, hubo muchas cosas que desentonaron. Salvo que el presidente mexicano Calderón resaltó la tragedia de Haití, lo demás trató de una inviable nueva OEA sin Estados Unidos y Canadá propuesta por Chávez, quien lucía uniforme militar mientras los demás vestían guayabera. Lula piensa igual, que los hermanos mal llevados deben ponerse de acuerdo en español, no importa el dinero que haya que gastar en este nuevo engendro.

Nuevamente el parque jurásico abrió las puertas al general Raúl Castro, gobernante no democrático de Cuba, pero no le dijeron nada acerca del prisionero de conciencia Orlando Zapata Tamayo, quien acaba de morir en Cuba, ni lo criticaron por ser dictador hereditario. Por supuesto, excluyeron al presidente de Honduras, elegido democráticamente, convertido en hereje por el pase de cuentas del “perfecto idiota latinoamericano”.

No podía faltar el circo y la chusmería. Cuando un Uribe ofuscado, luego de escuchar acusaciones intolerables, le espetó un “Sea varón” a Chávez, que contestó con un “Vete al carajo”, nos preguntamos: ¿Qué le pasa América Latina? No sólo se está cayendo muy bajo con la nueva ola de Mussolinis tropicales, sino que con honrosas excepciones hay una pérdida total de sentido común y de liderazgo decente y moderno. Los trogloditas de cuello y corbata que ostentan el poder sin merecerlo han olvidado el entorno de atraso y miseria que los rodea, un drama que no resuelven los discursos mesiánicos, las OEA, ni las cumbres vacacionales, menos las incompetencias ideológicas extremas.

Colonialismo, neocoloniaje, seudomodernidad, falsos mesías, dictaduras, caudillos, emigración, narcotráfico, favelas, guerrillas, corrupción, presidentes payasos, onerosas desigualdades sociales, ingobernabilidad, infinita pobreza: siglos de lo mismo, una agenda humanista repudiada por los mediocres, el futuro pospuesto… ¿Hasta cuándo seremos Macondo?

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