
“En Cuba era útil porque no tenías que pedir permiso de salida. Dentro de la UNEAC hay de todo, gente mediocre, gente talentosa, oportunistas, gente que arriesga opiniones. Fuera de la UNEAC lo mismo. Las personas que me recomendaron sabían de mis convicciones, que nunca oculté. Y también sabían que yo era un incansable rimador: Vivac, Pontiac, Balzac, cerelac… Muchas cosas que han afirmado y firmado los cofrades de Miguel Barnet son realmente indignas, pero sabemos que existe una membresía formal, silenciosa, que prefiere hacer su obra y no andar con pancartas de uno u otro lado.
“En fin, el estar exento de membresías es encomiable, pero no te salva”.
Manuel Sosa aquí