Juan Carlos Recio: Los animales me cantan (V y final)

las cosas que en tu dolor demoras

XVII
Tú, Magdalena sin brazos
sepultada por la arena,
repites otra condena.
Las mismas líneas, los trazos
si el viento de los fracasos
prende como un torbellino.
¿Soy tu sombra, vellocino,
seré tu candil de oro?
Lágrimas de manso toro
que a duras penas domino.

XVIII
Y qué fue de Magdalena
y de su humilde regazo,
¿inquilina del Parnaso
se entregó a la mar ajena?
Ella se fue por la pena
que no la supo encontrar
allá en la arena. El azar
al fondo la sumergió
y tanta huella perdió
como Alberto el militar.

XVIIII
En las fauces del misterio,
en el gris de mis venturas,
Patria, preso soy. Oscuras
tumbas de un cementerio,
rostros en su magisterio
donde mis miedos tallaron
los cielos que me fallaron
en ausencia de mi olvido.
Ser todos los que ya he sido;
ser los que no regresaron.

XX
Soy buscaluz, algo vibra
bajo tu canto: me abrigo;
no preciso todo el trigo
ni heredar toda tu fibra.
¿Panes alumbro?, ¿de a libra,
pesados sobre la espuma?
No me alimento de bruma
ni de peces con espinas.
Doblará por las esquinas
la luz del alma que suma.