Ha llegado el final. Se percibe. Se avizora. Se huele. El final último y concluyente de la blogosfera cubana. ¿Qué sentido tiene seguir? Por todos lados se avistan divisiones, peleas, odios, proyectos frustrados, repeticiones de temas, cansancio, hastío...
El modelo blogger se ha agotado. No le queda nada de reserva. Es un automóvil sin gasolina que algunos se empecinan en empujar. Lo empujarán hasta que se cansen y caigan desfallecidos, agotados por una faena inútil.
Es el final. No el cacareado final de la historia ni de la memoria. Es el final de este viaje cibernético que empezamos hace unos años y que nos ha traído desgraciadamente al lugar donde empezamos.
El modelo blogger se ha agotado. No le queda nada de reserva. Es un automóvil sin gasolina que algunos se empecinan en empujar. Lo empujarán hasta que se cansen y caigan desfallecidos, agotados por una faena inútil.
Es el final. No el cacareado final de la historia ni de la memoria. Es el final de este viaje cibernético que empezamos hace unos años y que nos ha traído desgraciadamente al lugar donde empezamos.
El que abrió los ojos