En este Día Mundial del Agua Tibia homenajeamos al gran Delabost, inventor de la ducha moderna. Nada más humano que un buen baño. Y nada más generador que una ducha tibia.
Y es que bajo una ducha han brotado, cual flores en un jardín salvaje, varias de las más grandes ideas de la humanidad.
Si no se te ocurre nada, prueba a darte una larga ducha tibia o caliente. No recuerdo en el muro de quién lo leí una vez en Facebook, quizá en otro sitio, pero el estudio afirmaba algo así como que solo debajo de la ducha puede el ser humano deshacerse de su iPhone o portátil y aspirar a la reflexión sostenida o a una búsqueda interior realmente profunda. Y es verdad. Sobre todo en tiempos de coronavirus.
No me pregunten por qué. Tal vez porque al cerrar los ojos, evitando su enrojecimiento, el ser humano se abstrae. Tal vez porque el placer del agua invita a la meditación y la meditación a pensar en profundidad. No me pregunten... pero es lo que hay. Una buena ducha puede cambiarlo todo.
