Tal vez sea demasiado pronto para tratar en profundidad el tema. Pero el reto de liberar a Estados Unidos de la dependencia del petróleo en los próximos años, se presenta formidable, y es precisamente el camino que el cuadragésimo cuarto presidente de la primera potencia mundial debería recorrer.

Por lo pronto, Obama se ha mostrado explícito: "Sé que a las compañías de petróleo y gas no les gustará que pongamos fin a casi 30.000 millones de dólares en recortes impositivos, pero es así como ayudaremos a financiar una economía con energía renovable".
Según el presidente, “se han acabado los tiempos en los que Washington arrastraba los pies”. Habrá que ver cómo rueda a partir de ahora.