“Tras el filón caribeño”. Así titula el periodista José Domínguez su reporte de este sábado en El Correo Digital sobre las actividades de los empresarios vascos en la mayor de las Antillas. Porque el filón es Cuba, claro. Y los empresarios no son todos plácidos hombres de negocios seguramente.
Explica Domínguez que, a pesar del embargo, “más de 150 compañías de Euskadi han establecido relaciones formales con la isla caribeña, algunas con tanto éxito que han enraizado allí. Cerca de cuarenta han trasladado su actividad productiva o, al menos, abierto delegaciones en toda regla en suelo cubano”. Según el periodista, en 2007 la actividad empresarial vasca en Cuba ya generaba más de 163 millones de euros en ganancias.
Sería interesante establecer cuántas empresas relacionas con el terrorismo etarra forman parte de este conglomerado de 150 compañías presentes en sectores que abarcan “desde la construcción, la energía o la máquina herramienta hasta la refrigeración, la ingeniería o un largo etcétera”.
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