google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: La evolución del estancamiento (IV y final)

viernes, 20 de marzo de 2009

La evolución del estancamiento (IV y final)

por Jorge A. Sanguinetty

¿Qué es lo que pudiéramos hacer desde fuera de Cuba para ayudar a los procesos de cambio y tratar de guiarlos en alguna dirección deseable? Hay que reconocer que en estos cincuenta años, los cubanos que conseguimos salir de la isla hemos tenido muy poca influencia en los asuntos de Cuba. Objetivamente hablando, tampoco hemos tenido mucha influencia en influenciar las políticas de otros gobiernos con relación a Cuba.

Donde hemos tenido alguna influencia ha sido en Washington, pero eso se ha debido a nuestra presencia electoral, no a nuestro liderazgo intelectual, ni a nuestra unidad estratégica, ni tampoco a nuestras credenciales democráticas ni a las simpatías y solidaridad que hubiéramos podido despertar en el mundo como víctimas del comunismo.

En la coyuntura actual, creo firmemente que lo más inteligente que pudiéramos hacer los que deseamos que el país se mueva hacia un régimen de mayores libertades individuales es desarrollar vínculos con la disidencia invisible, además de fortalecer los que ya existen con la disidencia visible. Lo más importante que debemos hacer creo que es ganarnos la confianza de los cubanos que, deseando cambios en Cuba, desconfían del exilio por diversas razones.

Una de ellas es la falta de paciencia y de comprensión que a menudo se muestra en los intercambios con cubanos que salen de visita pero que regresan a la isla. Muchos de ellos nacieron después de 1959 y por diversas causas no comparten los mismos sentimientos de repudio hacia el régimen que destruyó al país. La realidad es que muchos de esos cubanos no tienen ahora la misma visión, pero eso no quiere decir que no lleguen a compartir con nosotros los mismos sentimientos si les damos suficiente tiempo y la información necesaria.

Muchos de ellos, aunque quieran cambios, todavía están bajo la influencia de la propaganda castrista. Depende de nosotros, en gran medida, cambiar esta situación, pues tenemos libertades que ellos no tienen. Sólo nosotros podremos hacer que ellos comprendan lo que fue Cuba, lo que ha realmente significado el socialismo y lo que todos podemos lograr unidos: ayudar al país a evolucionar hacia un futuro más prometedor.

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