google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Una entrevista con Isel Rivero (II y final)

miércoles, 25 de marzo de 2009

Una entrevista con Isel Rivero (II y final)

por Armando de Armas

Isel Rivero nació en La Habana en 1941, pero vive exiliada en Madrid. Ha trabajado como funcionaria de Naciones Unidas en Nueva York y Viena, y es autora de varios libros de poesía, entre los que destacan La marcha de los hurones, Tundra, El Banquete y Las noches del cuervo, su última obra, publicada en el 2007. Ha sido calificada por la crítica especializada como una de las voces de la poesía cubana de mayor proyección y originalidad. La primera parte de esta entrevista puede ser leída aquí.

Armando de Armas: ¿Cuál ha sido la experiencia que más la marcó en su labor a favor de la paz y la resolución de conflictos como funcionaria de la ONU en Centroamérica y África?

Isel Rivero: Tanto la independencia de Namibia como la intervención en Ruanda han sido muy importantes para mí. En Namibia experimenté la plenitud de un trabajo bien hecho. En Ruanda el fracaso de la comunidad internacional en detener un genocidio.

AA: ¿Ese activismo como alta funcionaria de la ONU ha marcado en alguna medida su poesía?

IR: Sí, mi paso por África ha marcado mi persona y por lo tanto mi poesía, de facto se lee en Las noches del cuervo.

AA: ¿Qué de malo y qué de bueno puede tener el exilio para un poeta?

IR: Jeanne Hersch, la filosofa suiza, en su libro El nacimiento de Eva, dice que el estado del ser humano es el del exilio, y yo añadiría que muchos se pasan la vida tratando de evadirlo. Para mí el exilio ha representado la libertad y la soledad, ambos necesarios intrínsecamente para la creación.

AA: ¿Qué rol juega el dolor en su poesía o la poesía en su dolor?

IR: Supongo que se refiere al trabajo Nuestro Dolor, que leí en la lectura de Books and Books el pasado 22 de febrero.

El reconocimiento del dolor es el preludio a la catarsis. Y ese es el primer paso para llegar a la empatía con el otro. Al dolor hay que nombrarlo, encararlo, no como víctima, sino como medida de la sabiduría desde donde se vislumbra su ausencia. Lo cual es imprescindible en la poesía. En relación a Cuba me duele que no reconozcamos ese dolor para ser más generosos y menos cainitas los unos con los otros.

AA: En su último poemario, Las noches del cuervo, ¿hay un canto a la natura, a la contranatura o a la metanatura? ¿O quizá, más complejo, un canto a la fusión de los aspectos trinos de una misma manifestación, relación del sujeto con la realidad?

IR: Lo que llamamos realidad es posible que sea muy limitado. Por ejemplo, y sin ir a la física quántica, todos tenemos diferentes percepciones del tiempo. Sin embargo lo que conocemos y nos rodea, lo que nos contiene y nos acuna en la vida, es este círculo de agua azul que metódicamente estamos destruyendo. El ser humano apenas comienza a balbucear, eso es de lo que se trata Las noches del cuervo.

AA: ¿Alguna nostalgia de los paisajes patrios? ¿Regresaría Isel Rivero a una Cuba bajo la égida de la libertad?

IR: Ninguna nostalgia por el país. Lo que dejé ya no existe. En el exilio encontré el silencio. La isla es muy ruidosa. Y en cuanto a la niñez tampoco siento nostalgia porque me nutre, está conmigo. No sé si regresaría físicamente a visitar algún paisaje antes de morir.

Tres poemas de Isel Rivero aquí.

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