
La pasión pone trampas a la razón y los cubanos (supongo que, dado su explícito “interés de parte”, el Sr. José Luís Sito lo sea) somos propensos a no dejar de pisar ninguna. La reciente condena del ex presidente del Perú, Ing. Alberto Fujimori, a 25 años de cárcel “por la(s) acusación(es) de violaciones de los derechos humanos”, además de ser un triunfo de la democracia peruana, una manifestación del fortalecimiento e independencia de su poder judicial y, sobre todo, de la honradez de unos cuantos jueces y vocales de la Corte Suprema de Justicia de ese país, rompe la sensación de impunidad que fuera la herencia negra del fujimorato.
“No somos nadie para criticar o rechazar las decisiones judiciales de un país soberano como Perú”, plantea el Sr. Sito en su post Fujimori, los Castro y la injusticia, publicado en Cuba Inglesa, y no tenemos otra alternativa que discrepar, ya que en el caso que nos ocupa, los crímenes por los cuales era juzgado el ex mandatario son considerados “crímenes de lesa humanidad” y siendo así, sobrepasan la jurisdicción nacional y atañen a los órganos de justicia supranacionales, que aun no siendo vinculantes, comprometerían al Estado peruano por ser signatarios de los acuerdos sobre los cuales se sustentan.
Considerado esto, decir que “hay que recalcar la injusticia que esta decisión pone de manifiesto en relación con la dictadura cubana”, sustentándolo con el argumento lastimero de “que en Cuba se han cometido innumerables crímenes y siguen cometiéndose”, es un recurso que, si no alcanzáramos a presuponer la buena intención del articulista, se podría calificar de retorcido y manipulador. El moderado listado de crímenes (sería desconsiderado, desde luego, enumerar los crímenes de cincuenta años de dictadura en un post) que pone el Sr. Sito en la balanza para contrapesar “los pecadillos” del corrupto gobernante peruano, hace parecer que se tratara de un caso menor al que se ha dado más importancia de la que merece.
Casi en tono de justificación plantea que “Fujimori y el Estado peruano tuvieron que luchar contra un grupo de extremistas de izquierda cercanos a La Habana por la ideología y el apoyo logístico que indirectamente recibieron. Sendero Luminoso es responsable de la muerte de entre 25,000 y 30,000 personas, y fue considerado uno de los grupos guerrilleros más crueles y violentos que haya conocido Latinoamérica”, lo cual es cierto, pero se olvida (o desconoce) que el gobierno de la dupla Fujimori-Montesinos fue artífice de lo que se conoció en términos castrenses como “la guerra de baja intensidad”, en la cual se usaba el ejercito constitucional del Perú para disputar a las guerrillas narco-terroristas del MRTA y Sendero Luminoso el control del tráfico aéreo, los aeropuertos clandestinos y los cultivos y laboratorios de coca.

¿Le parece aún al Sr. José Luís Sito que sea necesario “recalcar la injusticia que esta decisión (25 años de cárcel) pone de manifiesto”? ¿No le parece que la palabra “injusticia” le queda un poco grande a su razonamiento? Yo estoy pasando “mi entrenamiento en tiempo real” en asuntos de democracia, y ver al “chino” Fujimori y al tenebroso Montesinos tras las rejas me resulta muy edificante (además de creerlo justo) y fortalece mi convicción de que veremos a los Castro y sus cómplices pagar sus crímenes. La maniquea tendencia nuestra de ver las cosas en blanco y negro nos puede hacer cometer errores lamentables y olvidar que Fidel o Raúl Castro, Montesinos, Abimael Guzmán, Fujimori y Néstor Cerpa Cartolini son la misma cosa. Que a veces se peleen entre ellos no hace a unos menos criminales que a otros, ni menos justas las condenas con que se les haga pagar sus crímenes.