por Ignacio T. Granados
para Marga, como siempre
Dicen que dice Ifá que Oshún es la sombra de Yemallá, que se la dejó a Agayú cuando tuvo que dejarlo, para que no estuviera triste; por eso es agua dulce, sin la sal que le da consistencia a esa fuerza tremebunda que es el mar. Todos sabemos que Yemallá es la Virgen de Regla, patrona de la Bahía de la Habana; que Agayú es San Cristóbal, patrón de la Habana; y que Oshún es la Virgen de la Caridad, patrona de la mismísima Cuba.
También dicen que dice Ifá que Yemallá es la madre del mundo, que se rebeló ante la prepotencia de Oggún y Shangó cuando quisieron disciplinar el mundo; porque todos sabemos que entre el trabajo y la contradicción es que se da el progreso, la evolución; y Yemallá es la fuerza y naturaleza misma de las cosas, que por eso puede hasta transgredirlo todo. Dicen que dice Ifá que Yemallá tenía razón, que su reclamo era justo pero también imposible; por eso Obbatalá, razón y justicia del mundo, no tuvo más remedio que encadenarla al fondo del mar. Los días de tormenta son porque Yemallá se revuelve en el fondo del mar, y el entrechocar de las cadenas suena así como “Olokún, olokún”.
Dicen que dice Ifá que una vez los hijos de Yemallá —es decir, todo el mundo— estaban listos para la guerra; como siempre, porque esa es la naturaleza de las cosas, que siempre tienden a expandirse y desconocen el límite, porque son intrínsecamente libres. Dicen que dice Ifá que ni el mismo Orula sabía ya qué hacer para evitar esa catástrofe; porque como las fuerzas eran iguales ante los ojos de Olofi, nadie iba a ganar, todo el mundo iba a perder. Entonces pasó corriendo una mujer desnuda por entre las filas de los guerreros, y era muy hermosa; ni siquiera tenía un color definido, sólo un cuerpo brilloso por la miel que sudaba en su carrera. Entonces a los guerreros les dio un tremendo deseo de estar con aquella mujer increíble, y dejaron las armas; y la mujer, que sudaba dulzura porque no tenía sal, tuvo tiempo para satisfacer a cada uno de los guerreros, y a la gente se le olvidó la locura esa de la guerra.
Dicen que dice Ifá que fue ahí cuando Orula, que se había divorciado de Yemallá, decidió casarse con Oshún, que era la sombra de ésta; y como estaba muy fatigada la revivió y la llevó consigo, y siempre la recibe de vuelta aunque ella siempre lo engaña con Oggún y con Shangó, porque no puede evitarlo. Oshún es el último de los orishas, pero porque cierra el panteón es la que resuelve todo conflicto; como la Caridad que es, la última de las virtudes y la que quedará cuando pase todo, patrona nuestra.
Dicen que dice Ifá que uno no debe escoger entre Yemallá y Oshún, ¿pero a qué viene la escogedera esa, si es mejor tener madre y abuela que sólo una tía?