“Los cubanos nos estamos convirtiendo en nuestros propios verdugos. No basta con hablar mal los unos de los otros en público o en privado, en la isla o el exilio. No basta con la separación y el dolor de ese vacío, la sospecha constante entre nosotros, el delirio de persecución y nuestras obsesiones creadas alrededor de una sociopatía histórica que nos está matando. Necesitamos, además, que el despropósito nos mantenga dispersos”.
Wendy Guerra en su blog.