por Armando Añel
En La Primera Palabra, Heriberto Hernández parodia un ya célebre artículo –por aquello de las moscas y otras apariciones- contra la parada del pasado lunes a favor de las libertades en Cuba. El artículo de Heriberto está para desternillarse, sin que por ello deje de provocar reflexiones adicionales.
Una de las reacciones más preocupantes que advierto entre las que ha provocado la acción del primero de junio, por ejemplo, es la relacionada con la falta de humor. Preocupante, porque en una futura Cuba democrática, como en cualquier país que se respete, la parodia, y demás recursos humorísticos de los que se vale el periodismo crítico, estarán a la orden del día. Y si no ponemos los puntos sobre esas íes desde ahora, me temo que habrá muchos “duelos a espada y arcabuz”. Hay que reírse de todo, especialmente de nosotros mismos. Quien no sea capaz de hacerlo, puede quedar fuera de juego.
Atención, graves blogueros y blogueras, periodistos y periodistas, literatos y literatas (no me incluyo porque no soy grave): o se relajan, o les pasan por arriba la historia del arte, de la blogosfera y de la literatura. En un futuro más cercano que lejano, prácticamente nadie sobrevivirá contra el choteo, la parodia, la “jodedera”. Algo que sabe muy bien gente como William Ríos, que cumple desde ahora, junto a muchos otros, el rol de informarnos, y educarnos, sobre el particular.
Hay que ponerse las pilas. Relax. Diviértanse. A los graves cabe preguntarles: ¿Por qué se toman tan en serio?