“El totalitarismo burocrático y criminal ha encargado a esta señora la tarea de privar de libertad de expresión a un hombre. Esta señora se rebaja y se agacha hasta el suelo para cumplir las órdenes de un orden carcelario. Pedir que un hombre sea callado, silenciado, que se le imponga una mordaza y obligarlo a enterrar su pensamiento y su voz, es condenarlo a ya no ser totalmente hombre”.
José Luis Sito aquí.