por Idabell Rosales
David Villa ha quedado al margen en Valencia, sin Madrid y sin Barcelona. Los catalanes han apostado, finalmente, por Ibrahimovic, el de los pies ligeros. Ibrahimovic, como Aquiles, a punto de incendiar Troya. Ibrahimovic, que puede someter a su antojo las tibias defensas madrileñas. ¿Tibias? ¿Verdad que sí? Otras probablemente, pero esas no tanto. Una barricada compuesta por Albiol, Pepe, Sergio Ramos y compañía puede redimirse por sí sola.
Sin duda, del lado de la redención están los galácticos. En realidad los galácticos son dos, más un Robben con el que a estas alturas no se sabe qué va a pasar. Kaká y Cristiano contra Messi e Ibrahimovic. La belleza del fútbol total contra la imaginación y el empuje en el área. Una tiene la impresión de que, de cara a puerta, las narices del sueco y el argentino no sólo intimidan a los camarógrafos, sino a los mismísimos arqueros.
Pero, ¿podrá Ibrahimovic horadar, con soltura y asiduidad, la defensa galáctica? ¿Podrá opacar el ascendiente mediático de los Ronaldo y los Kaká? También el Barcelona se ha traído del Inter de Milán a un tal Maxwell, un lateral izquierdo brasileño que, en lugar de correr, parece que lanza estocadas. Va a dar mucho de qué hablar esta Liga de centrales cinematográficos y salarios impúdicos. De hecho, ya lo está haciendo.