1777 parecía destinado a cavar la tumba de los independentistas al mando de George Washington. Éste debió abandonar Filadelfia, que fue capturada por los ingleses el 27 de septiembre. Todo indicaba que el general John Burgoyne, que descendió desde Canadá con unos siete mil soldados para unirse al general William Howe en las cercanías de Nueva York y cortar en dos el campo de operaciones insurrecto -aislando a Nueva Inglaterra del resto de las colonias del norte-, tenía las de ganar en las cercanías de Saratoga.
Pero, precisamente, la derrota de Burgoyne sería una consecuencia de la victoria en Filadelfia. Tras ella, Howe optó por avanzar hacia el sur antes que reunirse con su compatriota y brindarle refuerzos. En Nueva York, el general inglés Clinton tampoco disponía de suficientes efectivos para auxiliar a Burgoyne. De manera que éste, aunque se impuso en la conocida como “Primera batalla de Saratoga”, en Freeman's Farm (19 de septiembre), debió finalmente retroceder ante unas fuerza americanas superiores en número.