La falta de una visión de conjunto hace fracasar a los ingleses en la “Segunda batalla de Saratoga”. El general Burgoyne, empecinado, y en clara inferioridad numérica, se niega a retroceder. Howe sigue hacia el sur, desconociendo las señales del alto mando británico, que desde Inglaterra pretendía enviarlo en apoyo de Burgoyne. Es el 7 de octubre de 1777 y el general Horacio Gates, al mando de las fuerzas americanas, se dispone a dar el golpe decisivo que cambiará la correlación de fuerzas de la guerra y precipitará la independencia de Estados Unidos.
Con alrededor de 12,000 combatientes, los independentistas arrollan a los ingleses, quienes apenas cuentan con 6,000 efectivos. Por primera vez, los hombres de Washington demostraban que podían derrotar en campo abierto a los británicos, quienes debieron abandonar su plan de controlar Nueva York. Cuatro años después, Estados Unidos se independizaba de Inglaterra.