No hay arreglo. Las partes hondureñas decidieron no cejar en sus respectivos empeños. El constitucional, que enarbolan la mayoría de las instituciones democráticas, más el actual ejecutivo, y el anticonstitucional, con un Manuel Zelaya asegurando que, de regresar al poder, insistirá en la línea de las decisiones que provocaron su destitución."Lo siento mucho, Sr. Presidente (Oscar Arias), pero las propuestas que usted ha presentado resultan inaceptables para el gobierno constitucional de Honduras que yo represento", declaró en Costa Rica el jefe de la delegación del gobierno de Micheletti, Carlos Contreras. "En nombre de un pueblo pequeño pero digno, lo siento mucho, pero su propuesta es inaceptable, en particular en su punto número uno (el de devolverle el poder a Zelaya).
Por su parte, el ex presidente pro chavista aseguró que, en caso de retomar su mandato, insistirá en su propósito de convocar una Asamblea Constituyente. "No se trata de una decisión mía. Es un problema de voluntad política, no puedo traicionar a todo el pueblo y abandonar el proceso", dijo al Folha de Sao Paulo.
Una contrapropuesta del gobierno de Micheletti acepta “el retorno a Honduras del peticionario señor José Manuel Zelaya Rosales con las garantías necesarias”, pero “para que pueda ejercer su derecho al debido proceso ante los órganos jurisdiccionales competentes del Poder Judicial”.
Arias ha pedido 72 horas adicionales para reconducir las negociaciones.
