por Ignacio T. Granados
Ediciones Itinerantes Paradiso ya acogió una exposición de William Ríos, que además es permanente; pero es que quien todos conocemos como Willy Trapiche no para de hacer cosas, y uno no puede sino arrobarse y querer la continuación. Por ahí ha aparecido un moscón atrevido, que trata de burlarse del Trapiche; la falta de eco ya es respuesta suficiente, pero es que además las gráficas del Willy merecen un update continuo.
Gracias a Dios que se le ocurrió desarrollar un blog, al que uno puede entrar cada vez que le da la gana y ver todo eso; porque, además, sí es verdad que es nuestro Andy Warhol, incluso caribeño. No se puede negar, el Willy es el maestro de la gráfica, y su permanencia es una cosa importante, por lo menos hasta que se logre materializar su exposición en un espacio físico. El tiene la sencillez de que ni siquiera se le ocurra eso; es otro de esos “blogsitos ahí”, pero con esa plenitud en que se realiza, y de paso nos da lo mejor de sí, está afincando la convicción de que es mejor ser marginal y menor.
Las últimas gráficas del Trapiche no sólo siguen hablando de su pasión por la belleza, sino que la postulan como la única solución; es decir, él da la posibilidad de erigirse en Platón apócrifo, sólo para descubrir esa unidad intrínseca del Bien, que es la Verdad y la Belleza. En todo caso, es por estas cosas que uno sí cree en la extraña eficacia del internet; no como un medio alternativo, que tratando de emular a los tradicionales no lo es, sino como el nuevo modo de comunicar con eficacia, pero que, de alguna extraña forma, depende de la verdad intrínseca para ser creíble.
Es un trabajo tan enorme y continuo, que ya la pretensión de reseñarlo peligra de soberbia. Pero la felicidad de verlo crece en proporción, con cada nueva gráfica, con cada nuevo píxel; y hedónico al fin y al cabo, uno no puede menos que exhibirlo. Porque el Trapiche es la prueba de que uno tiene razón, da sustancia a los que quieran vivir; y sea, pues, su poder desplegado, aunque sólo sea para los que quieren ver.