El ex presidente Manuel Zelaya entró a Honduras este viernes por el paso de Las Manos, cien kilómetros al sureste de la capital, Tegucigalpa, para retirarse inmediatamente a territorio nicaragüense, sin llegar al puesto migratorio que defendían efectivos hondureños. Fueron apenas milímetros de estadía.
Según reporta el periódico La Prensa, “rodeado de cámaras de televisión, hablando por el móvil y acompañado de decenas de seguidores, Manuel Zelaya pasó bajo la cadena que marca la línea fronteriza entre los dos países, sujetándola en señal de triunfo, y tras dar un par de pasos en territorio hondureño”, se detuvo por “respeto a los principios de los militares”.
El fugaz retorno del ex presidente ha sido calificado de imprudente por la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton. Imprudente y papelacero, cabría añadir. Como se dice popularmente en Cuba, definitivamente el hombre es más rollo que película.