-Jama y Libertad –dijo Sherlock Holmes mientras encendía su legendaria pipa. E inmediatamente, volviéndose hacia su fiel ayudante, el Dr. Watson, dejó caer la pregunta del mes en la blogosfera cubiche:-Pero… ¿qué será lo que quiere el de la camisa negra?
Watson frunció el ceño. Hasta entonces no había relacionado ambas circunstancias, pero ahora que el famoso detective “se la ponía delante” no quedaba otra que hacerle swing.
-¿Querrá jama?
-No me parece, querido amigo –Holmes se inclinó hacia su ayudante, envolviéndolo en una espesa nube de humo-. Aunque, mirándolo bien, podríamos intentar que la quisiera.
-¿Cómo? –se asombró el galeno.
-El de la camisa negra podría pedir jama en medio de la plaza, junto al que le levanta la mano a la guitarra.
-¡Pero el de la guitarra tiene la jama asegurada!
-No del todo, querido amigo, no del todo. El de la guitarra debe bajar la jama. ¿No has leído al Caballero? Andan Richardson y la Etiqueta Negra de por medio.
-Ciertamente –asintió el doctor-. Porque inclusive, pensándolo detenidamente, éste no es caso para ser resuelto por ingleses.
Holmes lanzó una bocanada de humo contra el techo de la mínima pieza donde ambos investigadores deliberaban, y sonrió:
-Elemental, Watson, elemental… El Misterio de la Etiqueta Negra sólo puede ser resuelto por el Caballero de la Alegre Figura.
