El periodista cubanoamericano Alejandro Armengol sigue la pista de un breve artículo que publicamos la semana pasada aquí y en Cubaencuentro --Cambio y post-anticastrismo--, pero lamentablemente se pierde por el camino. No se trata de un nuevo anticastrismo, claro, sino de que el discurso anticastrista tradicional desciende a un segundo o tercer nivel, pierde protagonismo, ante una realidad cultural y cibernética crecientemente dinámica (la blogosfera, Twitter, Facebook…). No se trata de dialogar con el castrismo ni mucho menos –imposible dialogar con lo que no dialoga--, sino de asumir políticas más imaginativas, cultural y tecnológicamente avanzadas, con la mira puesta en la liberación de Cuba.
Armengol vuelve a lo mismo que critica, y este último artículo suyo no constituye una excepción: una vez más estamos ante el discurso gastado y pasado de moda del extremo que apunta al otro extremo. El lugar común que no cesa.