
Acaban de otorgarle el Premio Nobel de la Paz al presidente norteamericano Barack Obama. Irónicamente, en momentos en que el mandatario está considerando mandar más tropas a Afganistán para evitar que ese país vuelva a convertirse en caldo de cultivo de los terroristas de Al- Qaeda. Por otra parte, Obama ya le advirtió al presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, que, si no cumple con sus promesas de disminución del arsenal nuclear, se acabarán las negociaciones y aumentarán las presiones de Estados Unidos.
Según el Comité Nobel Noruego del Parlamento, la concesión del Premio Nobel al mandatario norteamericano se basó en los esfuerzos de éste para resolver conflictos internacionales a través de la vía diplomática. De hecho, esta fue una de sus promesas durante su campaña presidencial y, hasta ahora, la ha cumplido. Obama demostró su buena voluntad compartiendo tribuna con Hugo Chávez durante la Cumbre de las Américas, a pesar de que el presidente venezolano le mostró su gratitud obsequiándole Las venas abiertas de América Latina, o mejor dicho, la biblia retorcida en la lucha contra el imperialismo yanqui y el capitalismo. La solución chavista tiene todos los rasgos que conllevan a la anti diplomacia, pues propone un solo camino: el socialismo del siglo XXI, que también podría llamarse caudillismo socialista del nuevo siglo.
El uso de la diplomacia, por parte de la administración de Obama, se ha puesto de manifiesto en las gestiones de la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, para que el gobierno comunista de Corea del Norte establezca conversaciones serias con respecto a sus pruebas de misiles nucleares y sus constantes amenazas a la vecina Corea del Sur. Cuba no ha quedado exenta en este aspecto. El concierto de Juanes, así como la decisión del Departamento de Estado de incrementar el intercambio cultural y académico entre la nación norteamericana y la Isla, forman parte de esta política protocolar, o de buena voluntad, del presidente estadounidense.
¿Qué resultados concretos ha obtenido Obama para que se le conceda el Premio Nobel de la Paz? Por el momento, ninguno. Obama continúa siendo una promesa, un encantador de serpientes que hechiza con su oratoria elocuente y su imagen renovada de Norteamérica ante la mirada recelosa del mundo. Por lo visto, el Comité Nobel Noruego, al igual que la izquierda anti estadounidense, se conforma con esa mera imagen, aunque en la praxis sea nula. Qué importa lo que haya logrado Obama en materia de paz, si lo que más les interesa es que este presidente norteamericano dista de ser un cowboy como Bush y, además, es el primer afroamericano que influye en los designios del planeta desde su oficina en la Casa Blanca. En efecto, la imagen fresca de Obama tiene el mismo impacto comercial que la del Sex Symbol, al estilo de un Ricky Martin o un Enrique Iglesias, que no cantan, pero encantan. El premio que obtuvo Jimmy Carter tras varios años de arduas demostraciones de vocación pacifista, se le concedió a Obama con apenas nueve meses en la presidencia.