A este presidente (Barack Obama) vamos a tener que apodarle “El Supersónico”. Enredado con la reforma de salud, la crisis económica, Afganistán y no se sabe cuántos otros rollos, resulta que recibe, supersónicamente, el Nobel de la Paz.
“El presidente de Estados Unidos ha creado un clima nuevo para la política internacional. Gracias a sus esfuerzos, la diplomacia multilateral ha recuperado su posición central y ha devuelto a las Naciones Unidas y otras instituciones internacionales su papel protagonista”, ha indicado la institución noruega, célebre por sus meteduras de pata.
¿Será capaz El Supersónico de llevar la paz a Honduras, por ejemplo, donde la izquierda radical intenta sabotear las elecciones de noviembre con actos terroristas y de desestabilización? Hasta ahora, ha tenido más sombras que luces la actuación estadounidense en el conflicto hondureño, que de los temas “tocados” por la administración Obama es el que más nos toca a los cubanos. Honduras es un país pequeño, tal vez insignificante geopolíticamente hablando –argumento con el que no comulgamos-, pero es un país, y son siete millones de habitantes.
En cualquier caso, pronto veremos si este último Nobel le queda grande o no a Obama.